Hay que estar muy al corriente de este tema, de cómo ser están comprando las tierras de África desde el exterior, de cómo eso destuye la vida de las personas y de quién y dónde se alza contra esto. Por eso invitamos a leer este artículo publicado en Guinguinbali y ponemos a continuación dos fragmentos del mismo:
Fuenteovejuna africana contra la venta de tierras
Que África está en venta es cosa sabida. Por todas partes, en todos los rincones del continente, gobiernos y empresas extranjeras se están haciendo con enormes extensiones de terreno para cultivar productos agrícolas o para la producción de biocombustibles, lo que está generando un incremento de la inseguridad alimentaria. Sin embargo es menos sabido que los agricultores africanos se están organizando para detener una inercia que amenaza con dejarlos sin tierras y convertirlos en meros obreros agrícolas al servicio de otros intereses. Y la historia de Fanaye es el último y sangriento ejemplo de esta resistencia.Una especie de Fuenteovejuna a la africana.
(...)
“Si vendemos la tierra, ¿qué nos queda?, ¿qué vamos a dejar a nuestros hijos”. La frase la pronuncia Amadou Thiaw, coordinador del Colectivo de Defensa de la Tierra de Fanaye. Estamos en Diéri, una vasta extensión de terrenos al norte de Senegal, cerca de la frontera con Mauritania, donde el Gobierno senegalés pretendía vender 20.000 hectáreas a una empresa italiana para el cultivo de la batata y el girasol para la producción de biocombustibles. El pasado 26 de octubre, un enfrentamiento entre partidarios y detractores de este proyecto se saldó con la muerte de dos personas por heridas de bala y una veintena de heridos. Dos días después, el Gobierno daba marcha atrás y anunciaba la paralización de esta iniciativa, confirmada luego a los agricultores por el propio presidente Abdoulaye Wade.
Fuenteovejuna africana contra la venta de tierras
Que África está en venta es cosa sabida. Por todas partes, en todos los rincones del continente, gobiernos y empresas extranjeras se están haciendo con enormes extensiones de terreno para cultivar productos agrícolas o para la producción de biocombustibles, lo que está generando un incremento de la inseguridad alimentaria. Sin embargo es menos sabido que los agricultores africanos se están organizando para detener una inercia que amenaza con dejarlos sin tierras y convertirlos en meros obreros agrícolas al servicio de otros intereses. Y la historia de Fanaye es el último y sangriento ejemplo de esta resistencia.Una especie de Fuenteovejuna a la africana.
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“Si vendemos la tierra, ¿qué nos queda?, ¿qué vamos a dejar a nuestros hijos”. La frase la pronuncia Amadou Thiaw, coordinador del Colectivo de Defensa de la Tierra de Fanaye. Estamos en Diéri, una vasta extensión de terrenos al norte de Senegal, cerca de la frontera con Mauritania, donde el Gobierno senegalés pretendía vender 20.000 hectáreas a una empresa italiana para el cultivo de la batata y el girasol para la producción de biocombustibles. El pasado 26 de octubre, un enfrentamiento entre partidarios y detractores de este proyecto se saldó con la muerte de dos personas por heridas de bala y una veintena de heridos. Dos días después, el Gobierno daba marcha atrás y anunciaba la paralización de esta iniciativa, confirmada luego a los agricultores por el propio presidente Abdoulaye Wade.
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